En la barbería Chicho las conversaciones se suceden. Entran y salen clientes como si anduvieran por el salón de su casa. Eso sí, ahora hay que pedir cita, ya que la demanda obliga. Por lo demás todo es como fue siempre en las viejas barberías. Esta va ya camino de los cincuenta años siendo un punto de encuentro en A Ponte, al lado de la estación de ferrocarril. Casi al mismo ritmo que el barrio, el negocio se ha transformado. Incluso un poco más rápido, ya que de puertas para afuera se sigue esperando por una estación del AVE que no acaba de llegar. Sin embargo, en el interior José Pablo Figueiras ya tiene el trabajo hecho. Hace ya algo más de un año reformó el local. Le dio un toque nuevo sin perder la esencia que le ha valido el premio a la mejor barbería de España en el 2013. También la Q de calidad. «Desde hace un par de años se está volviendo a hablar de las barberías y de hacer la barba. Me lancé a recuperar el oficio y ahora nos consideran un referente en Ourense», explica el hijo.
En aquellos tiempos en los clientes mandaba más la necesidad que las modas. Su ubicación próxima a la estación de tren le dio buena parte de la clientela: «Había moita competencia e non foi doado. Valeunos de moito estar cerca da estación, xa que fixemos moitos clientes cos destacamentos militares e cos emigrantes que se ían a Alemaña ou outros países».
A principios de los setenta les funcionó muy bien el boca a boca: «A xente quedaba contenta e corríase a voz entre os que estaba fóra e regresaba a Ourense».